La pureza se refiere a la cualidad de ser o estar puro, es decir, tiene que ver con experimentar la esencia, sin elementos adicionales y sin condiciones que la enturbezcan .
Entonces ¿A qué se refiere el texto de Juan 3:3? Desde mi perspectiva, tiene que ver con poner nuestra fe en nosotros mismos e ir depurando todo aquello que nos ha condicionado, para aparentemente sentirnos seguros y con certeza mediante aspectos externos, tales como:
Estatus.
Títulos.
Dinero.
Creencias.
Seres queridos, etc.
A pesar de que es muy fácil caer en la trampa de que hay muchas cosas externas que nos pueden dar estabilidad, en realidad lo único que nos puede dar certeza en esta vida, somos nosotros mismos.
Uno los mensajes que recurrentemente se expresa en la biblia, se refiere a no tener, ni mucho menos adorar a dioses ajenos, pienso que la purificación justamente se enfoca en este rubro, a que diariamente cuestionemos en qué o en quién estamos depositando nuestra confianza ¿Queremos tener dinero para sentir seguridad con respecto a cubrir nuestras necesidades básicas? ¿Queremos tener pareja para no sentirnos solos? ¿Queremos tener hijos para saber, que cuando seamos mayores, alguien se responsabilizará de nuestra vida y de nuestro cuidado? ¿Queremos creer que nuestra condición de vida depende completamente de la manera en que me educaron o del entorno en el que me desenvolví? .
Hay diversas maneras de evadir nuestra responsabilidad por lo que vivimos o dejamos de vivir, incluso pueden parecer casi imperceptibles, pero el impacto a largo plazo termina siendo enorme, por ejemplo:
Te puedes desvelar continuamente por ver una serie y al otro día querer sentirte energizado como si nada hubiera pasado, sin embargo, para que esto ocurra, una de las alternativas podría ser: tomar varias tazas de café, consumir una bebida "energética" u otras opciones que parecería que te resuelven el problema, aunque en realidad, dejamos de lado consecuencias que tarde o temprano llegarán: malestar físico, problemas de salud, desarrollo de hábitos nocivos, desperdicio de dinero, por mencionar algunos.
La purificación de nuestro ser debería estar enfocada en volver a nuestra naturaleza y tomar las acciones necesarias para mejorarnos a nosotros mismos, las queramos o no; de hecho, la mayoría de las cosas y hábitos que nos hace bien, no necesariamente lo queremos hacer: ejercicio, lectura, capacitación, etc. Pero lo que si es seguro, es que ese tipo de acciones, aunque nos cuesten, nos beneficiarán en un mediano o largo plazo, ya que nos permitirán desarrollar una identidad saludable y merecedora de una vida grandiosa.
La creatividad divina se encuentra en el interior de cada uno de nosotros, a partir de que nacemos y conforme pasa el tiempo, comenzamos a añadirle ingredientes que obstruyen su verdadera naturaleza, es nuestra responsabilidad establecer procesos diarios de purificación para identificar y definir qué es lo que realmente queremos, qué nos suma y que nos resta para ello y, especialmente, asumir la plena responsabilidad de nuestra vida, eso significa tomar decisiones y enfrentar las consecuencias con integridad.