Esta frase de Friedrich Nietzsche proviene del libro "Así habló Zaratustra", en donde la temática principal se enfoca en hablar sobre las distintas características que posee el llamado "Superhombre", el cual, a muy grandes rasgos, se refiere a un individuo que ha sido capaz de dejar de lado cualquier tipo de referente externo para construir una vida basada en estándares propios.
En el desarrollo de la lectura, Zaratustra comparte distintas lecciones para sus discípulos, sin embargo, al finalizar la primera parte del libro, él les menciona que en realidad diseñen su propio camino, e incluso, les dice que no le hagan caso sobre las enseñanzas compartidas, que estas simplemente pueden representar una locura.
¿Qué se puede interpretar de este mensaje?
Desde mi perspectiva, esta es una de las ideas más poderosas que encontré en el libro, porque Zaratustra representa a un hombre que ha alcanzado una profunda sabiduría a través de conocerse a sí mismo y estar en contacto continuo con la naturaleza. Si él ya adquirió esa sabiduría ¿No sería deseable que sus discípulos modelaran tal cual su forma de vivir? Sin embargo, si ellos lo siguieran ciegamente, se estaría contraponiendo a sus propias enseñanzas referentes al superhombre.
En nuestra vida podemos tener distintos modelos a seguir, personas con trayectorias, logros y formas de ser que admiramos profundamente, y que, posiblemente quisiéramos replicar, sin embargo, el tesoro más grande que podemos gozar en esta existencia consiste en la autenticidad.
Durante mucho tiempo me dediqué a seguir a personas que admiraba en diferentes ámbitos: negocios, educación, espiritualidad, etc. Leía sus libros, veía videos o escuchaba podcasts y quería llevar a cabalidad sus rutinas, sus formas de pensar y de actuar, llegando a un punto en que simplemente me sentía un farsante y que me estaba traicionando.
Ese tipo de prácticas no fueron sostenibles a largo plazo, la única práctica que se ha vuelto sostenible para mí, ha sido analizar las características que admiro de alguien, discernir cuáles son compatibles con mis valores, con la vida que quiero materializar y, finalmente, ejecutar los aprendizajes obtenidos.
Hay una frase que escuché una ocasión y que me quedó muy marcada: "Se tu propio gurú", este es el mensaje al que llegó Nietzsche con la frase que titula este post, lo cual no significa que sea incorrecto contar con mentores o asesores que puedan guiarnos, pero, sinceramente, uno de los actos más despiadados que puede hacer el ser humano, consiste en querer eliminar sus atributos genuinos, es decir, aquellos que sacan a relucir su esencia única.
En mi caso, como profesor, esta lección no solo aplica como receptor de enseñanzas, sino como facilitador en temas formativos, me he propuesto cada día recordar que los estudiantes que deciden confiar en mí para crecer, tienen su propio camino y que lo más deseable y honorable para mí, es que en algún momento prosigan en el. Llegará el tiempo en que mi acompañamiento ya no les será útil porque requieren de un nivel superior...es ahí donde verdaderamente tengo la posibilidad de demostrar el amor por mi vocación y no está de más reiterar que el amor no es condicionante ni tiene apegos.
Para finalizar, quiero compartir este pensamiento que me he tatuado en el corazón cada vez que inicio un proyecto educativo con alguien:
"Estaré contigo mientras mi compañía te sea útil, en lo que eso sucede, me prometo y te prometo que entregaré lo mejor de mi ser, pero, cuando llegue su debido momento, te diré adiós para que continúes con tus desafíos venideros. Si algún día me necesitas, ahí estaré, pero, si nunca más vuelvo a saber de ti, ten por seguro que cada segundo que compartimos en este trayecto llamado vida, fue para mí la mayor de las bendiciones y créeme que hasta el último de mis suspiros, te desearé lo mejor".